Iglesia. Poder. Cruzada. Inquisición. Edad Media. El Languedoc medieval es una sociedad próspera, dinámica, activa, en la que mercaderes y trovadores protagonizan la vida económica y cultural de un país en ebullición. Hasta que la Iglesia católica decreta su Cruzada contra los cátaros, quienes con su ejemplo y su humildad desafiaban el poder de Roma. Dios conocerá a los suyos ofrece al lector una novela magistralmente ambientada en la Edad Media para que el lector se sumerja en un mundo de ciudades amuralladas, torneos, amores, desamores, matrimonios pactados, adulterios, pócimas y ungüentos para curar fiebres, mercaderes y penurias. Pero va más allá: también presenta con crudeza las consecuencias del maridaje entre poder y religión, con duras reflexiones llamadas a la polémica y que pueden extrapolarse a nuestro siglo XXI: Religión y Política. Dominio, vencedores y vencidos. Todo empieza en Béziers, año 1209, cuando dos adolescentes, los hermanos Cardelhac, echan a suertes quién acompañará a su padre hasta Venecia para aprender los secretos del comercio de joyas y piedras preciosas. El que pierda tendrá un premio de consolación: irá con el abuelo hasta Toulouse a comerciar con paños y telas. Dos viajes, dos aventuras, dos ilusiones en un País de Oc floreciente en el que la vida burguesa de las ciudades está arrinconando las viejas estructuras feudales. La cruzada lanzada por el Papa Inocencio III les sorprenderá y afectará de manera dispar. Solo uno de ellos sobrevivirá: el protagonista de Dios conocerá a los suyos.
