Ashmayd vive en el Gran Desierto. De esta manera, sus decisiones no influyen en la vida de nadie y él no se siente responsable de nada. Pero un día, encuentra a Benaimed tendido en la arena, al borde de la muerte. Tras pensarlo, decide ayudarlo. Le cura y le lleva hasta la ciudad. Cuando vuelve al desierto no puede dejar de pensar en si ha hecho bien o mal. Así que al cabo de unos años, vuelve a la ciudad. Descubre que Benaimed se ha convertido en el dirigente de la ciudad y que, a pesar de sus buenas intenciones, está llevando a la ciudad a la miseria y la penuria. Ashmayd vuelve al desierto desolado, lleno de remordimientos. Al cabo de un tiempo, se encuentra a otro hombre, Garod, a punto de morir. Tras pensarlo mucho, decide ayudarlo también. Al igual que con Benaimed, lo lleva a la ciudad. Al cabo de mucho tiempo, decide volver, para ver qué ha ocurrido con el destino de los dos hombres que ha salvado. Descubre que Garod se ha convertido en el consejero de Benaimed y que juntos han conseguido llevar la ciudad hasta su máximo esplendor. Ashmayd vuelve al desierto libre de remordimiento. A partir de ese momento vive feliz para siempre.
