En Tres Tristes Tigres y la poética de Guillermo Cabrera Infante, más que pretender sistematizar la obra del autor, Ricardo Baixeras explora la poética narrativa de Cabrera Infante, incorporando a esta emblemática novela los numerosos escolios críticos desde que esta novela ganó el Premio Biblioteca Breve en 1964. El análisis se centra en una lectura gráfica y escenográfica de Tres tristes tigres, considerando que sigue siendo ésta la obra que mejor representa el quehacer literario de un escritor para quien La Habana se convirtió en una verdadera obsesión, una ciudad construida de pura materia verbal y edificada como una casa de palabras. La noche, la música, el descubrimiento del sexo, el erotismo, la conversación infinita, los juegos de palabras, el cine, la traducción, el virtuosismo irreverente, el humor lingüístico son el leimotiv de una escritura que es estudiada como un paradigma idóneo de nuestra más acuciante modernidad literaria. Ricardo Baixeras trata de diseñar relecturas avanzadas de un texto que es leído como si de un espectáculo se tratara, convocando para ello todos los sentidos que el mismo parece reclamar.
