En una isla de Polinesia, todos los volcanes entran en erupción durante el siglo XV. El rey, Hotu Matúa, es acusado por su hermano, Oroi, de haber hecho algo para enfadar al dios todopoderoso Makemake, que les está castigando por ello. La rivalidad entre Hotu Matúa y Oroi viene por la adopción del rey de una huérfana, Ta Mara, algo que Oroi ve como un peligro para su sucesión. Hotu Matúa está seguro de que Ta Mara tiene poderes mágicos y se deja aconsejar por ella. La niña le dice que lo mejor es partir hacia donde vuelen las aves, hacia el este. Así lo hacen. Tras una larga travesía llegan a una isla, a la que llaman Te Pito O Te Henúa, en pascuense "El ombligo del mundo". A partir de aquí, y tras unos años de convivencia pacífica, emergen diferentes tribus dentro del mismo reino. El rey, Hotu Matúa, quiere dar una oportunidad a su hermano Oroi, jefe de una tribu contraria a su reinado, y propone un juego que va a determinar qué tribu gobernará la isla durante un año. Ese año competirán sólo él y su hermano. Sin embargo, Hotu Matúa se lastima el tobillo y ha de nombrar a alguien que le represente. Ese es Te Niu, un gran nadador. Tras varios intentos frustados de acabar con Te Niu, Oroi muere devorado por los tiburones. Te Niu vence en la fiesta del Hombre-Pájaro. Hotu Matúa ya puede descansar tranquilo, ya que ha conseguido la unidad de todas las tribus. Este muere, y su hija, con ayuda de su amado Te Niu, manda su cuerpo al mar en dirección a su isla de origen, Hiva, para evitar que el sacerdote, ávido de poder, le corte la cabeza al cadáver del antiguo rey y para así cumplir el deseo de su padre. A partir de aquí comienza la decadencia de Te Pito O Te Henúa, llegan los exploradores extranjeros y la isla pasa a llamarse isla de Pascua.
